Saturday, June 03, 2006

Thursday, May 25, 2006

Hembros: novela instalación

Tratamos de capturar las novísimas fuerzas que hoy están modelando una nueva psiquis, mente, cuerpo y que el “estado de las cosas y las palabras” contienen. “Hembros: asedios a lo post humano” es un proyecto ambicioso, integrador de disciplinas según el canon clásico, sin embargo, usamos los medios productivos en su estado actual de acumulación. Nuestros temas son: la interfase cuerpo-máquina, el flujo de las identidades en construcción (la mente coincide y proviene de la sociedad, incluso de la ciudad), la sexualidad en tanto decodificación irreversible (los mercados de las simultaneidades), el aterrador panorama de la crisis global de un capitalismo necesariamente en fuga hacia los límites de la cultura y el lenguaje.

El personaje



Monday, May 08, 2006

Ensayos para la esquizofrenia




Identificación Probable
hombre + hembra = hambre


HEMBRO
nombre que he dado en llamar
a especies de ambos sexos,
hombre femenino, hembra masculino,
como nombre genérico que defina su condición,
momentos antes de situarse en conceptos más elaborados
y que me permitan incorporar
ambos términos en una posible clasificación.


Se nos presenta como ofrenda. Una aparición. Animal extraño. Un animal que no puede ser clasificado desde su continente. Una bestia, “la más hermosa”, se nos ofrenda aquí, sin que nos permita siquiera, el entendimiento del instante en que siente la imperiosa necesidad de hacerlo. Tal vez, el único pretexto que tiene de permearse con nuestros deseos sea su convicción, luego de una total falta de fe. Trasladados desencantos, modifican el “nada puede ser irremediablemente cambiado de su sitio”, por otra aseveración, esta vez irrefutable. Dos fuerzas opuestas en un mismo signo… o una nueva instancia que nos traspase, y nos permita el cambio de ángulos.



Fotografías: Luis Grasso

La creación del personaje




La realidad se nos presentaría como un gesto demente hacia lo imposible. Como si en los límites entre la cordura y la ficción existiese una insignificante línea que pudiera cambiar violentamente el rumbo de las cosas. Cuando has visto que todos los días la imagen, incluso tu propia imagen, puede ser modificada. El secreto nos impide. Un continente nos sumerge. Una tierra que al parecer se desvanece. Creed en mí y seré la sombra que corrompa tu alma desprovista. Cambian los números en el calendario. Todo el sistema se modifica. Nada de lo que otros piensen puede programarte pues a la vez te reconoces fuera de programa. No existe método, tampoco “una” experiencia de otro, que impida la reiteración del acto, cito: “Ahora que el siglo recoge su mantel de huesos”, es momento ahora, de una última función de máscaras.



Fotografías: Luis Grasso

—final—



Somos cuerpos estallados, atravezados por infinidad de flujos que nos pulsan y nos impulsan, tensionados y torcidos. Próximos desde corrientes opuestas, atraidos todos nuestros sexos entre laberintos sudorosos. Cuerpos que se rozan, hermosos, delineados y excedidos, elaborados en gimnasios, descarados y promiscuos, entre las ropas y el strech, agitados se aprietan, carnes saboreando los atributos de la cultura física y la belleza. Mecidos con otros y para otros, los cuerpos entre juegos prohibidos. Como dioses hermosos del olimpo, seducidos al compás de una música nada convencional en el consumo de precipitados hombres que se frotan. La sexualidad, es ahora nuestra mejor oferta, incluida la castidad, un asunto de los flujos ¿desde dónde éstos flujos estarían codificados? ¿desde dónde cortados contra fondos de cultura y de máquinas? Actuamos las pulsiones de esos flujos, recortados sobre fondos móviles, cambiantes, acechantes, amenazados, codificados y a la contraluz. Atrapados en reiteradas cadenas de sentidos idénticas e insignificantes, como imágenes inmutables, significaciones de este mundo de posibles, entre roles móviles, categorizándolo todo. Nadie está a salvo en estas estructuras. Otros mirarán con un único ojo, prediciendo los peligros, simularán sus cuentas regresivas, nos prepararán como sus elegidos y aceptaríamos si así pudiésemos sentirnos mejor, elegidos desde centros aparecidos de la nada para una consecuente desprogramación. Pero nada de esto hubiese sido posible, caen despedazados los muñecos, rostros desfigurados, totalmente desfigurados, recibimos esas señales. Un insecto se revuelca cerca de ojos enrojecidos. Pelos estirados como agujas, bordean famélicos pómulos. No hay razón más que la de avanzar cuando reconoces las imágenes impuestas e inmediatas, cuando tu rostro reluce estático, y el brillo impecable en tus dientes blancos, tan blancos. Musa incierta, hermoso hermafrodítico feroz, símbolo ad hoc para nuestra kitch age, respondiendo a las impuestas representaciones de paisajes familiares, imaginerías de padre y madre, fijaciones, regresiones, sublimándolo todo, hacia el inquietante vacío que nadie posee. Animando luchas miserables, ausencias, exclusiones recíprocas, los flujos se agotan, secados por el odio. Extrañas y dulces vivraciones inconscientes nos avanzan, hasta dar con otras finas y sutiles vivraciones. Nada de esto estaba previsto, existen otros a la cabeza, somos piezas frágiles en el entramado cuando no existe modo alguno de escapar.


Fotografías: Luis Grasso

Sunday, May 07, 2006

—primera escena—



Odio a mi padre. Mi padre. El amor no existe. Odio estos mensajes grabados a fuego. El amor no. Mi padre no, tampoco mi madre. El amor no existe. El amor no cuando soy ¿Quién, cuándo soy? ¿Cómo, cuando el amor no existe? Odiar al padre, odiarlos a todos ellos. El amor no existe. Odiarlos a fuerza de la autoridad con odios que calmen sus mentiras, odiarlos cuando dicen que el amor… Odiar a todos los padres y sus instituciones. ¿Cómo existe? ¿Dónde? ¿Cuándo hoy? Nada. Nada creo hoy en este día. Nada hacia adelante cuando las alucinaciones nos impiden los propios ejercicios. Odiar al padre confundido, y a las fuerzas que nos precipitan. Odiar odiando al padre que nos herencia, desechando sus desechos de mentiras. El odio fortalece. La insolencia se corrige por la fuerza. Intensos golpes sobre cuerpos estallados, son la deuda que el padre cobrará a su debido tiempo. Odiarlos con un odio que crece adentro, y que mata cada cierto tiempo. Se mata para corregir mentalidades. Los animales se alimentan y eliminan sus desechos. Mentiras creciéndonos adentro. Agujeros al costado del deudor anidando odios cada cierto tiempo, fabricando sueños. Odiar al padre, a todos nuestros padres, cuando el odio va creciendo. Muy cerca de las bestias, los demonios crecen… a los padres… a todos nuestros padres cuando el odio crece adentro, estallado de nefastas emociones.




¿Mutas?



¿No pensarás en hacer de tu vida otro invento? Como hacerse personalmente los zapatos. Resistiendo la mugre escurridisa y maloliente. Eludiendo el plástico derramado, que sudoroso se destiñe impregnando las plantas de tus pies. Siendo un consumidor más, gastarías algunos pesos al mes siguiente, por un nuevo par. Si es tan barato, —dirán ellos— todo cada vez más barato… Cantidades de objetos vendiéndose a nada, desechos, inundándolo todo con sus advertencias repletas para el goce, vitrinas de ofertas y escaparates plásticos, a fuerza de los despilfarros. ¿Desde dónde aquellas voces? Poéticas, míticas, y tan repletas de miradas ingénuas. Momentos en que la forma carecería de prácticas irreverentes y agresivas. La imaginación es algo que no puede durar siempre. De recuerdos apagados, violentados por un dolor interminable. Hasta que el cansancio, finalmente te divierte. Crecer como salida. Repetir como hacen otros, a nombre de hábitos significantes. Siguiendo las débiles pistas, obviando la ilusión de lo posible, buscando una pequeña diferencia para señalarte entre muchos distraídos de caminos y fórmulas. ¡Cansado de las quejas! Someter el acto más allá de lo soportable, como si con articular construcciones repletas y cargadas, pudieras encontrar el modo de avanzar hacia aquello, impredecible. Borradores como simulacros, ingénuamente construidos, confundiéndonos de efectos inteligentes. Ampliando tus deseos, en juegos menos lastimosos para situar ese “algo” que nunca se satisface. La muerte está pasada de moda. Na que ver —dirán. Entonces, intentar la salida una vez más. Indagando en escenarios posibles esta vez para la entretención. ¿Mutas?¡Ahhh déjame la certeza de la duda!… ¡Todo multiplicándose! Ahhh intensos quejidos. Los muros se expanden, de ninguna manera se superponen, de ninguna manera se borran unos a otros, ni se multiplican. ¿Oír con los dedos de los pies? Los niveles de comunicación suelen ser infinitos. Una noche iluminada de recuerdos. Inventos y registros, desde antes programados. ¡Ahhh la certeza de la duda! Después, bastarían palabras sueltas como besos dulces en la piel. Bastaría con escribir y salir corriendo, como ángeles asexuados, tormentas de silencio y claridad en las manos. Metaforizas, aquella fierecilla que entre palabras se las quiere todas, sería menos que un gatito, igual a esos que pasan por tu habitación de vez en cuando. Las ideas te hacen sentir torpe. Sobre/expuesto. Repleta tu cabeza no se aquieta. Eres un delirante, desbaratas causas perdidas y tan pequeñas. Inténtalo, si aún tienes la naturaleza áspera y posees la piel agrietada.


Fotografía: Emiliano Thibaut

Novia freak


Nada creo hoy. Nada en este día. Purificación. Depuración. Miércoles Blanco. Serapis Bey arcángel de mi felicidad, —dicen— y ellos dicen, que el blanco existe y también Gabriel Ángel de la guarda, que me guarda de mi padre, que no cree que el blanco existe y que no sabe que yo no creo, y que odio, que odio tanto cuando me subyuga, cuando me somete. Mi padre golpea. Golpea sobre la madre que miente.



Golpea con palabras sobre las hijas, cuando dice que la madre miente, que las mujeres mienten. —¡Todas ustedes mienten!— Los niños juegan y aprenden grabando y se mienten de todos estos mensajes la cabeza. Nada creo hoy. Nada en este día. Odio a mi padre y sus desordenados niños, de ideas grabadas con el fuego de los grandes y de todas sus instituciones. Purificación. Depuración. Miércoles Blanco. Serapis Bey Arcángel de mi felicidad.



Fotografías: Emiliano Thibaut

El Elenco

CAIN / COLECTIVO DE ARTES INTEGRADAS se originó como un colectivo de artes integradas “CAIN”, en que artistas de reconocida trayectoria y con vasta experiencia en sus disciplinas, se unieron para crear y desarrollar montajes colectivos, innovadores, desde diversos soportes y oficios, dando origen a “Hembros: Novela instalación” proyecto que obtiene la Beca Fondart para las Artes Integradas 2003. Eugenia Prado: escritora, concepto, y diseño gráfico / John Streeter: concepto, músico, compositor / Cecilia Godoy: actriz, bailarina / Claudio Belair: actor / Marcelo Vega: videasta. / Antonio Zurita: técnico de artes escénicas / Cristopher Sayago y Pamela Vargas Milla iluminación / Luis Grasso y Emiliano Thibaut.

La Obra

“Hembros: Asedios a lo Post Humano” es una instalación escénica plástica
que busca la integración de los oficios, (la literatura, el teatro, la música,
el movimiento, el diseño, las máquinas audiovisuales y técnicas digitales), que desde la novela “hembros”, su escritura, capta los símbolos y signos de las fuerzas que en un ambiente tecnologizado, codificado, actúan como modelos, imprimiéndose en las mentes y cuerpos de hoy.
El concepto multimediático ocupa un espacio amplio, abierto, expansivo, que acerca al público a escrituras más experimentales y enigmáticas. "Hembros: Novela en Movimiento” en su exposición cruda y saturada de una nueva humanidad, desarrolla una propuesta global completa que busca el riesgo, ampliando los soportes habituales de un texto, hacia nuevos lenguajes, que desde la libertad de los oficios aborda un trabajo fronterizo y no convencional.
La creación de esta obra, cruza tres elementos/fuerzas:
1 Un texto, "Hembros" de Eugenia Prado; que pone en escritura, las fuerzas novísimas que actúan en las zonas coextensivas de lo corporal y el flujo de las identidades sexuales y de todo tipo que modelarían una nueva humanidad "hembros".
2 La actuación teatral de Cecilia Godoy, superficie de registro de codificaciones de lo discursivo, lo corporal, y que actualiza una mutación de los medios actorales: el movimiento, las voces, el tiempo real, el sustrato psíquico, la memoria, al servicio de la idea que gobierna "hembros": la emergencia de una psique post-humana otra, plástica, libre, impredecible, sexual, peligrosa.
3 Las máquinas tecnológicas comunicantes/comunicacionales que determinan, aceleran, desalojan, instalan, nuevos agenciamientos de lo perceptual; desterritorializando el sexo, el deseo, el saber, flujo gigantesco de imágenes electrónicas.
Esto es teatro/novela: una actriz y su potencia, un entorno de máquinas dipuestas y adecuadas, trazos escénicos que exploran una mente determinada por la interacción de las máquinas, captando los medios expresivos y de producción, actuales registros de realidad en los espacios saturados. Una “novela instalación”, ambiciosa de lo simultáneo, lo otro, lo psíquico.


Hembros-La novela

“Hembros” es una novela en proceso, (Beca Creación Literaria Consejo del Libro, 1998) de la escritora chilena Eugenia Prado, un relato traspasado por lo ideológico y lo político, acentuado por el torrente visual contenido en los medios de comunicación masivos, y lo vertiginoso de sus imágenes, signos de exterioridad de un mundo valorico en transformación. El relato a modo de fragmentos es un engendro narrativo, que desde una pluralidad de voces y narradores insertos, recoge en su interior espacios comunes entre lo privado y lo íntimo. La capacidad de imaginar el relato obligaría al lector a reaccionar frente al estereotipo como un arquetipo de lo cotidiano y lo melodramático, con un valor cultural asignado en las relaciones existentes en él. El cuarto libro de la autora, inicialmente se centra en dos relatos paralelos: “Un relato amoroso” que evidencia la crisis del sistema actual en sus relaciones afectivas desde un centro, la pareja y la familia como instituciones, desde una mecánica de repetición de los modelos amatorios aprendidos. El otro, “un relato mítico”, estructurado a modo de voces que se construyen como preguntas, ¿desde dónde trepan? ¿hacia dónde van?. Hembros, voces míticas, signos de una época de tecnología y progreso, íconos que delatan lo colectivo en un tránsito hacia preguntas, que insisten sobre propuestas, que permitan una salida.
Ambos cruces enfrentados por narradores que dan cuenta del acto escritural desde opuestos, uno convencionalmente oculto, el otro totalmente expuesto. ¿Cómo se articula el poder en el sistema respecto de la construcción de las relaciones como estereotipo? ¿Qué funcionalidad posibilita el estereotipo? Cuestionar un modelo, expectar el cambio, dar con un símil de post humanidad.

Saturday, May 06, 2006

Hembros: la música













Luego de la presentación de “Hembros: novela instalación”, John Streeter co-autor del concepto de la instalación, y autor de la música original, obtiene Fondart 2004 Área Música, para la ejecución y producción del disco “Hembros: la música” que incluye gran parte de la música de la instalación, además de 17 temas, se incluye un video clip desarrollado por Marcelo Vega creador audiovisual de la instalación.

Participaron en “Hembros: la música”:
John Streeter: Teclados, percusión, guitarra acústica
Jorge Suárez, dj vozeto / Cecilia Godoy / Eugenia Prado / Julio Milostich en voces.
Cristóbal Rojas: Batería, teclados, secuencias, percusión.
Alvaro Asela: Guitarra eléctrica.
Francisco Bosco: Saxo tenor.

El diseño gráfico fue realizado por Eugenia Prado, autora también de los textos. El material fotográfico utilizado en el diseño fue proporcionado por Luis Grasso, quien tuvo a su cargo el registro total del montaje.